El chuparse el dedo es un hábito común en niños pequeños. Sin embargo, este habito puede acarrear una serie de problemas dentales y oseas p...
El chuparse el dedo es un hábito común en niños pequeños.
Sin embargo, este habito puede acarrear una serie de problemas dentales y oseas para su hijo, como por ejemplo: mordida abierta ó malposición dentaria.
En este artículo les damos algunas recomendaciones para que su hijo deje de chuparse el dedo.
Para ello, comprenda las razones por las cuales su hijo se chupa el dedo, y entienda las maneras en las cuales se puede detener esta actividad.
El por qué
Los bebés presentan el reflejo de chupar en forma natural. Lo mismo el llevarse la mano a la boca, algunas veces incluso antes de nacer. El hecho de que chuparse el dedo calma a los bebés puede predisponer para que los pequeños adquieran en hábito de chuparse el dedo cuando están aburridos, cansados o ansiosos.
► Leer también: HÁBITOS ORALES: El uso de chupetes y biberones puede afectar el desarrollo del lenguaje
Al mismo tiempo, muchos bebitos practican este hábito al mismo tiempo de sujetar una mantita o pañal de género, lo que para ellos se vuelve un objeto muy valorado.
Cuánto dura
Muchos de los bebés terminan con el hábito cuando cumplen entre seis y siete meses. Sin embargo, hay ocasiones en que los niños se chupan el dedo por años, incluso hasta cuando entran a pre kinder.
Cuándo intervenir
Los expertos dicen que este hábito no debiese causar preocupación hasta que el niños cumple cuatro o cinco años, que es cuando la actividad puede empezar a dañar el paladar del niños (el “techo” de su boca) o la forma en que los dientes están alineados.
Si su hijo se chupa el dedo en forma frecuente y tiene cinco años, o si el hábito le está provocando problemas dentales o incluso le avergüenza, hable con su hijo para detener la práctica.
Qué puede hacer
Considere lo siguiente para librar a su hijo de este problema.
Recuérdele en forma frecuente: Cuando vea a su hijo chupándose el dedo, en forma suave pero firme dígale que se saque el dedo de la boca. Ponga cuidado en no criticarlo o ridiculizarlo, lo que puede provocar cierto estrés en el menor. Enséñele que el chuparse el dedo es simplemente una forma suya de llamar la atención.
Sea positivo: Felicite a su hijo y déle alguna recompensa, como una visita al parque a jugar, cuando no se esté chupando el dedo por un periodo de tiempo considerable. Ponga stickers o pequeños recordatorios en un calendario para recordar cuántos días lleva sin caer en el hábito.
Cambios apropiados: Inste a su hijo a hacer algo en cambio a chuparse el dedo, como jugar con un peluche cada vez que tenga ganas de chuparse el dedo.
Último recurso: Si nada de esto funciona, puede aplicar otro tipo de método, como untar el dedo con vinagre u otra sustancia con mal sabor, envolver el dedo, o ponerle un guante a la mano.
Sin embargo, los expertos muchas veces no recomiendan estas medidas. Además, si los dientes de su hijo no están alineados como deben ser, el dentista de su hijo puede instalar un dispositivo oral que prevenga que se meta el dedo a la boca.
Si nada funciona
Para algunos niños, este hábito es muy difícil de resolver. Por lo mismo, sea paciente y recuerde que la mismo presión de los demás niños causa que ellos dejen de chuparse el dedo, por lo menos durante el día. Mientras tanto, no se preocupe en exceso.
Ponerle mucha presión al niõ para que deje de chuparse el dedo puede provocar más daños que beneficios.
No hay comentarios.