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RATÓN de los DIENTES, sepa la importancia de mantener viva la leyenda

"Cuando a un niño se le cae un diente de leche, contarle que si lo pone debajo de la almohada, el ratón Pérez se lo cambiará por dinero...


"Cuando a un niño se le cae un diente de leche, contarle que si lo pone debajo de la almohada, el ratón Pérez se lo cambiará por dinero, es un plus para aliviar su angustia, pero no acaba allí lo que hay que hacer", dijo a Télam Mónica Cruppi, miembro didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y full member de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA)

"Al niño hay que contenerlo, explicarle que le crecerá otro más fuerte para morder mejor y que esa pérdida conlleva una ganancia, porque significa que está creciendo como un chico sano", explicó.

Para el psicoanálisis, los dientes de leche simbolizan el vínculo con el pecho y su pérdida se relaciona con el fin de la primera infancia y el declinar del complejo de Edipo.


"La boca es el primer contacto que tiene el niño con el pecho y ese vínculo afectivo que el bebé tiene con la mamá luego se prolonga al entorno con el habla, con el placer por la comida y el displacer por su falta", explicó Gruppi.

"La aparición del primer diente fuerza el destete y constituye una pérdida del vínculo simbiótico con la madre; entonces, no sólo es doloroso porque rompe la encía, sino porque está cargado de situaciones emocionales de cambio y duelo", dijo.

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Según la psicoanalista, el valor significativo de la boca y los dientes se manifiesta en las angustias que suelen estar presentes en el surgimiento y la caída de las piezas dentarias. "La función del diente, la de provocar el desprendimiento del vínculo con el pecho, nos permite comprender las conductas regresivas y las vicisitudes emocionales que el niño atraviesa con la dentición", señaló.

Si la primera dentición simboliza todo lo que puede ser recuperado, la segunda representa lo que en caso de pérdida no se recupera y por lo tanto se transforma en símbolo de lo definitivo. "Cuando el chico pierde un diente definitivo, por ejemplo, en un accidente, la angustia es todavía mayor y ya el ratón Pérez no tiene ninguna eficacia", destacó Cruppi.

"Ante esta eventualidad, lo que hay que hacer es calmarlo, decirle que el odontólogo se lo podrá reconstruir y, lo que mucha gente ignora, se puede incluso recuperarlo poniendo el diente en leche o en agua, para que el dentista se lo reimplante", explicó

La pérdida total o parcial de la dentadura permanente hace que mucha gente se recluya, pierda su autoestima, se tape la boca, no sonría nunca y carezca de vida social.

"Los problemas de los que tienen miedo se resuelven con técnicas lúdicas y de motivación, creando un buen vínculo previo con el profesional, explicándole qué se le va a hacer y por qué, y evitando usar la turbina en las primeras sesiones", detalló

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